martes, 20 de abril de 2010

Equinoterapia e Hipoterapia (Zooterapia)


Leales, amigos, compañeros y sanadores, los animales y en este especial caso, el caballo, nos dan una mano, y nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.

Aprovechar el movimiento del caballo, para estimular músculos y articulaciones, es la base de las llamadas terapias ecuestres o con caballos. Entre ellas se encuentran la Equinoterapia y la Hipoterapia.

La terapia equina se encuentra dentro de la zooterapia, pero integra a ésta, una metodología terapéutica psicoeducativa, basándose en una técnica con asistencia animal, el que desempeña un papel fundamental al funcionar como un poderoso estímulo. Si bien las zooterapias más difundidas son las que involucran perros, gatos y delfines, los caballos son importantísimos, como veremos en esta nota.

Los movimientos de vaivén del caballo, son muy parecidos a los que realiza el cuerpo humano, y esto es aprovechado para tratar a los pacientes, ya que éstos están obligados a reaccionar frente a los estímulos que provoca el trote, y así mismo responder frente a múltiples sensaciones. Con esto se produce una reacción que no es sólo muscular, sino también sensorial, lo que lleva a que el paciente experimente una mejoría global.

La terapia con caballos mejora el equilibrio y la movilidad, por lo que se han demostrado excelentes resultados en personas que sufren de parálisis. Así mismo actúa en el plano de la comunicación y el comportamiento, por lo que también es utilizada en personas con dificultades para adaptarse socialmente.

Los principales efectos que estas terapias pueden lograr son:

Efectos fisiológicos: Aumenta la capacidad de percepción a los estímulos.
Efectos psíquicos: Estimula la atención, la concentración y la motivación frente a otros movimientos. Aumento de la autoestima y de la seguridad en uno mismo.
Efectos físicos: Al poseer el caballo una temperatura corporal y un volumen muy superiores al hombre, otorga una importante transmisión de calor y solidez al ser abrazado y tocado por una persona.

Se diferencian de otras terapias tradicionales, en que son asumidas por el paciente como una actividad divertida que se desarrolla al aire libre, lo que influye notablemente en la obtención de resultados positivos.

Gracias a que el caballo es un animal enormemente perceptivo, éste logra variar su comportamiento al diferenciar un paciente de un jinete normal. La equinoterapia y la hipoterapia son consideradas como tratamientos alternativos, pero también complementarios a los que se utilizan habitualmente. Se ha demostrado que permiten obtener nuevos estímulos a los conseguidos con tratamientos tradicionales.

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